
Empecemos con un clásico. Elijo este porque es el dulce preferido de mi esposo. El famoso y delicioso croissant, o cruasán como la Real Academia quiere que lo llamemos, es un bollo de hojaldre con forma de media luna, hecho con mantequilla y levadura. También se le llama cuernito, cachito o medialuna.
El croissant puede ser dulce o salado, estar relleno o recubierto. También puede ser consumido frío, caliente, tostado o a la plancha. Incluso puede ser mojado en el café (aunque a muchos europeos como a los daneses les resulte de lo más extraño).
Clásicos son el croissant:
- relleno de chocolate
- relleno de crema
- recubierto de chocolate
- a la plancha con mantequilla y mermelada
- relleno de dulce de leche
- relleno de mazapán
- relleno de jamón york y queso
- relleno de una salchicha de frankfurt
Pero sobre todo el más habitual es el croissant tradicional, simplemente así. Y es que cuando un croissant es de buena calidad y la masa está bien hecha, no necesita de más complementos. Aunque tampoco molestan.
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