sábado, 21 de febrero de 2009

Yogur


Hoy es el turno de uno los postres estrella de gran parte de la humanidad: el yogur. Algunos lo escriben como yogurt, yoghurt o yoghourt, pero a la Real Academia Española no le gusta ninguno de esos modos alternativos. A mí sinceramente no me sale pronunciarlo sin decir una t al final, pero supongo que es influencia de otros idiomas.

El yogur es un lácteo, es decir, está hecho a base de leche que se ha fermentado por unas bacterias. Estas bacterias consumen la lactosa (el azúcar de la leche) y la transforman en ácido láctico, que al actuar sobre las proteínas de la leche, le da una textura cremosa y ese sabor delicioso. 

Es uno de los manjares más antiguos de la humanidad, y se cree que lo inventaron los búlgaros aunque la palabra es originalmente turca.

Hoy día existen muchos tipos de yogur, basados en diferentes tipos de bacterias. Últimamente se ha vuelto normal consumir yogures bio con bífidus, con lactobacillus casei o con lactobacillus acidophilus. 

Los yogures en general en España se hacen con leche de vaca, pero también se pueden encontrar yogures de leche de oveja y de leche de cabra, que tiene un sabor más fuerte (y delicioso). En otros países se utilizan otros tipos de leches disponibles, como la leche de camella, dromedaria, burra, yegua, búfala, etc.

En España en general los yogures se venden en pequeños recipientes de 125 ml. En Dinamarca de 1 litro. En Alemania de medio litro.

Los yogures pueden estar mezclados con frutas, mermeladas, cereales, colorantes y sabores artificiales, chocolate, especias, azúcar, miel, etc.

Es habitual encontrarlos también en postres (como tarta de yogur) y en bebidas (como ayran, lassi y kéfir). 

Además existen ciertos de variedades diferentes. Especialmente conocidos son el yogur griego (más cremoso y espeso) y el kéfir.

También existen productos que imitan a los yogures y que están hechos de soja o de tofu.

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